FINAL FRONTIER “Freelight”

(Escape Music / Goi Music)

El dúo formado por el vocalista Rob Moratti y por el multiinstrumentista, ex de 24K y Von Groove, Mladen, vuelve a la carga en 2006 con Final Frontier. Con su hard rock lleno de melodías pegadizas, voces finas y agudas, y destacada presencia de guitarras, nos ofrecen “Freelight”, su cuarta entrega que sigue el mismo nivel de calidad y pegada comercial de sus predecesoras. En esta ocasión cuentan una vez más con la remarcable colaboración del guitarrista Lawrence Falconer que pone su buen hacer al servicio de siete de los doce temas que componen la obra, y por primera vez con el buen batería Kevin Howley, que no hacen más que pulir el sonido de un disco totalmente recomendable para los seguidores de las formaciones más clásicas de rock melódico con voces agudas, caso de Shy o TNT por poner algunos ejemplos. El disco se abre con enorme fuerza mediante el tema que le da título, cañero y pegadizo, al igual que la siguiente “Dynamo” con un machacón estribillo y en el que las voces sobresalen. Más melódicas, muy en la línea de los últimos Shy, encontramos “Foolish Pride”, un maravilloso corte lleno de elegancia y calidad, y con un buenísimo solo de guitarra a cargo de Falconer, y la no menos buena “Only The Lonely” en la que los coros captan nuestra atención sin remedio. La historia se tranquiliza con la bonita y sentida balada “I Hope You Don’t Mind”, aunque se hace un poco larga. Vuelve la alegría con el ritmo marcado por “Someone’s Watching You”, muy Survivor de la mejor época y que muestra la gran calidad de la banda haciendo puro A.O.R. A partir de aquí baja un poco el nivel, siendo buenos los siguientes temas no llegan al nivel de los comentados, lo tenían complicado, pero aun así es resaltable la marchilla del estribillo y el buen solo de “All The Way” aunque queda algo simple, los coros y las teclas del medio tiempo “Nothing Is Easy”, la intensidad en las guitarras de “Lion’s Den”, la teatralidad y pomposidad de la machacona “The Witches Mask”, la elegancia algo sosa del medio tiempo “Half Way Home” el primer bonus, al que sigue “Delia” una monótona balada llena de piano y acústica que no aporta demasiado, pero que sirve como bonito y correcto cierre del álbum. Un álbum que empieza como un auténtico cañón en su primera mitad, que mantiene un buen nivel en la segunda, y que nos muestra una vez más el potencial de esta banda que parece consolidarse con el tiempo. Esperemos que así sea y nos sigan obsequiando con nuevos trabajos de este nivel.

Mariano Palomo