Friday, February 23, 2007

SAXON “The Inner Sanctum”

(SPV / Mastertrax)

Una vez más estos veteranos maestros del heavy metal han hecho otro discazo con todas las letras, sin necesidad de experimentos, ni fuegos de artificio, ni cosas raras. Manteniendo toda la esencia, el espíritu y la indudable calidad de una formación que se ha convertido hace ya mucho tiempo en referencia absoluta para cualquier músico o seguidor del mejor metal tradicional. Con “The Inner Sanctum” Saxon vuelven a sacarse de la manga un puñado de temas que entiendo deberían colmar la sed de los fieles fans de la banda. Una banda que para este trabajo recupera al clásico batería Nigel Glockler en estudio después de haberlo hecho ya en directo hace unos meses, y que se hace notar con su buen, variado y técnico trabajo a lo largo y ancho de este disco, recuperando el lugar que durante bastante tiempo ha estado defendiendo más que correctamente el aporreador de Stratovarius Jörg Michael con su sonido más machacón, rápido y contundente. A parte de Glockler la formación continúa siendo la misma que lleva deja muy alto el pabellón del grupo del sajón desde 1999 cuando publicaron “Metalhead”, esto es, el incansable Nibbs Carter al bajo, Doug Scarratt y el fundador Paul Quinn a las guitarras y el enorme y carismático Biff Byford a la voz, que es otro de los puntos que más me ha llamado la atención en este disco encontrándola mucho más potente y cuidada en cuanto a melodías que en otras ocasiones. Con estos elementos el sonido del disco no podía ser más que el clásico de la banda, aunque con ciertos matices que recuerdan a la época intermedia del grupo de discos como “Solid Ball Of Rock”, o incluso el grandioso “Innocence Is No Excuse”, pero sonando actual y contundente cuando tiene que hacerlo. Los temas son variados, nos encontramos con los acelerados “Need For Speed” en la que Byford se sale junto a las guitarras de Quinn y Scarratt que entran como cuchillas, o la más machacona y contundente “Let Me Feel Your Power” de brillante y directo estribillo; en un plano intermedio de velocidad se sitúan la inicial “State Of Grace” magnífica para abrir y llamar nuestra atención con un comienzo monacal muy propio de Saxon y que seguramente tendrá algo que ver con la portada más oscura que en otras ocasiones pero preciosa en cualquier caso; más densa resulta “Ashes To Ashes” que crece con unos buenos coros intermedios y unos curiosos arreglos de guitarra que contrastan con la buenísima labor en los tambores de Glockler. La vena más hard rockera la ponen “I’ve Got To Rock (To Stay Alive)” que nos transporta más de veinte años atrás al citado “Innocence Is No Excuse” con un ritmo que me recuerda a “Devil Rides Out” y que realmente me engancha cada vez que la escucho, al igual que “Going Nowhere Fast” con un aire más rockanrolero, con Byford de nuevo magnífico. Un poco entre medias nos encontramos con el primer single del disco “If I Was You” típica Saxon de la última época, con un curioso sonido de guitarra y a la que le cuesta entrar un poco al principio pero que a base de escucharla uno descubre su buena calidad. La parte más relajada viene de la mano de “Red Star Falling” magnífica balada / medio tiempo llena de intensidad y épica. Aunque lo más épico del disco lo dejan para el final, en este caso dedicado al rey de los hunos Atila, primero con la intro instrumental “Empire Rising” y luego con el tema de más de ocho minutos “Atila The Hun” en la que desarrollan un rico abanico de matices y sonidos que contrastan con la contundencia e inmediatez de la mayoría del resto del disco, aunque mantiene un ritmo bastante rápido. Creo que con todos estos argumentos a cerca de este “The Inner Sanctum” poco más puedo exponer para que si sois fieles seguidores de la banda salgáis corriendo a la tienda a por él en cuanto esté a la venta el próximo cinco de marzo, pero por si fuera poco además la edición especial vendrá acompañada por un interesante DVD en el que muestran un reportaje de carretera de su última gira junto con temas en directo. ¿Qué más queréis?. El Águila ha vuelto a aterrizar.

Mariano Palomo

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